Este capítulo narra cómo, empecinados los antioqueños en buscar su propia solución, un estudiante de ingeniería de la Escuela de Minas en 1899, dedicó su tesis de grado al proyecto sobre El Paso de La Quiebra para el Ferrocarril de Antioquia, donde con gran atrevimiento demostraba que, de las opciones disponibles para la época, la del túnel era la más aconsejable.