Una de las más famosas y representativas ferrerías fue la que se encontraba localizada en el municipio de Amagá, caracterizada por un horno y una cúpula que coronaba una edificación de piedra, adobe macizo, tapia, madera, y un compuesto aislante elaborado con sangre y cal que reemplaza el cemento y se le denominaba argamasa. Sin duda una ambiciosa obra para su época.

Para su construcción en 1855, Eugenio Martín Uribe, contrató al ingeniero francés Jean Pierre Boudelot, para que hiciera estudios de los depósitos del material e importó maquinaria, pero la guerra de 1860 – 1862 lo dejó en condiciones económicas precarias.